Si ya son impresionantes las vistas que se pueden ver desde cualquier cima de los Pirineos, verlos desde el aire es simplemente … ¡¡increíbles!!
Todo coincidió: las primeras nieves en el Pirineo, un viaje a París en avión y el poder estar en la ventanilla del avión para poder ver, casi en todo su esplendor, la cadena de picos de los Pirineos.
Para mí, hace más especial las vistas el hecho de que hubiera poca nieve en las cimas y laderas y hace que el relieve de las montaña se aprecien mucho mejor.
Un espectáculo que por unos minutos pude disfrutar.