La ruta de hoy es fácil, de aquellas que se pueden hacer en una mañana sin prisas…y si te encuentras lo que yo me encontré, te gustará. ¿Lo quieres ver? Sigue leyendo…

Subir al Castell de Boixadors , situado en el municipio de Salavinera (Anoia), no es nada difícil, con todas las comodidades posibles (se puede llegar hasta el inicio de la ruta con Renfe, parada Seguers-Sant Pere Salavinera) o sea que no tienes excusa para no hacerla.

Además, sólo caminarás unos 7,2 km en total y 351 m. de desnivel positivos. os dejo el track. Toda la ruta es por pista o por sendero ancho, por lo que se pone todo de cara.

Y si tienes la suerte de ver lo que yo vi, y luego te cuento, pues entonces ya si que la disfrutas mucho más.

Dejo el coche justo al lado de la estación de tren y empiezo a caminar por una carretera asfaltada. Es muy pronto y de temperatura hay unos 3.5º.

La luna todavía en el cielo, tiene pocas ganas de esconderse.

Los campos de cultivo ya están segados y vueltos a plantar. Las primeras cosechas ya empiezan a nacer.

Es tan corta la ruta que ,en menos de 1 km., ya veo el destino de hoy. El castillo luce en lo alto del pico.

Sigo la ruta y me encuentro con una escena que nunca había visto y de la que me quedo sorprendido. Os pongo casi toda la sesión de fotos para que veáis la evolución. Perdonad por la calidad de las fotos, pero me cogió con la configuración de la cámara en otro modo e hice lo que pude.

La escena es la siguiente: en uno de los campos, veo primero un zorro como caminaba hacia un extremo. Sigo la dirección que llevaba y veo dos rebecos en su trayectoria. ¡Brutal la escena!. En un momento dado, el zorro se para y da media vuelta y los rebecos salen corriendo.

Es la primera vez que contemplo una escena igual y, echándole mucha imaginación, puede llegar a recordar a una escena de caza en plena sabana africana donde una leona va a la caza de una gacela… esta sería la versión catalana,je,je.

Continuo la ruta por una pista bien arreglada, luego por otro trozo con algo más de dificultad (todo superable) y doy con la pista ancha que me llevará hasta el mismo castillo.

Pero antes me encuentro con otra escena de fauna: una liebre (los conejos tiene las orejas más pequeñas y las patas traseras más cortas) despistada en mitad del camino, no me ve y lo que hace es correr hacia mí. En un momento, se para, huele mi presencia y sale corriendo a esconderse. Bueno, parece que hoy es la mañana de los animales. Por eso vale la pena empezar a caminar muy temprano, porque existe la posibilidad que uno se encuentre con estas escenas.

Pasados unos metros, ya me encuentro con el castillo a la derecha.

Llego hasta él, y me encuentro que además del castillo, hay una pequeña ermita.

Fotos y video de rigor y para abajo por el mismo camino de ida.

Y poco más en lo que respecta a la descripción y las vistas de esta ruta.

Lo más sorprendente son las dos escenas de fauna que me encuentro, que son lo que han amenizado la ruta. Es una ruta fácil, para pasar una mañana de domingo con toda la familia.

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