Se acerca el buen tiempo, y con éste, me voy acercando cada vez más al cielo. Esta vez, no iré perdido, ya que subiré a El Far.
Desde que vi esta cima a lo lejos, cuando subí el Rocallarga, ya la vi sorprendente: la forma que se veía desde lo lejos, prometía unas vistas espectaculares.
Así que ha pasado poco tiempo entre ver esta formación de montaña de lejos a verla de muuucho más cerca.
La ruta empieza en el pequeño pueblo de Sant Martí de Sacalm (la Selva). El pueblo es muy pequeño y está justo a pies de El Far.
Para realizar la ruta de poco menos de 14,5 km y con un desnivel positivo de 621 m, he tardado poco menos de 4 h. Os dejo el track.
No es una ruta larga ni pesada, al revés, es una ruta que tiene de todo: bajadas, subidas, pistas en su medida justa, bonitos bosques y unas vistas de lo más impresionantes.¡¡Vamos a por ella!!
Dejo el coche en Sant Martí de Sacalm y empiezo a caminar dejando la singular montaña a mi derecha. De hecho, durante gran parte de la ruta (por lo menos la parte de la bajada) rodeo toda la montaña dejándola a la derecha.
Los primeros 5 km. de la ruta es de calentamiento ya que se baja, de una forma muy suave, por la pista ancha bordeando la montaña y de una manera muy tranquila. Hay que admirar las vistas.
Impresiona de todos los lados la montaña a subir hoy, pero también el entorno, donde los cortantes, casi tan impresionantes como el que voy a subir, rodea la zona allá donde mire.
Después de esos 5 km., más o menos, me adentro a la derecha ,en el bosque y campo a través. Aquí hay que seguir bien el track, y éste me hace saltar una valla, hasta llegar a una casa , La Triola, la cual dejo a la derecha.
Atravieso pequeños campos hasta llegar al primer cartel que me indica que El Far, está a unos 4 km.
Sigo el sendero que me lleva a una de las zonas más bonitas de la ruta: un sendero de subida continua, pero llevadera, y con un encanto especial. El sendero está lleno de piedras con musgo y con unas formas que, si hubiera llevado el trípode, una mañana sí que me quedo allí perdiéndome entre las rocas, las sombras y la vegetación.
Pero he de continuar y la sesión de fotos la dejaré para otro día. Ahora toca seguir por el sendero, el cual, llega un momento en el que la subida se hace más pronunciada y va haciendo “eses” hasta salir del bosque y poder ver las vistas y el bosque por el que he venido.
Sigo el sendero y llego a un gran claro con árboles muy separados, los cuales parecen pequeños ante tanto campo.
Sigo a la derecha hasta llegar a atravesar otra valla de pinchos. Giro a la izquierda y ya empiezo a ver a los primeros seres vivos de la mañana: unas tranquilas vacas pastan a sus anchas.
Otra vez a la derecha y, de golpe, me meto en un sendero, el más estrecho del que hasta ahora he cogido.
Desde allí voy andando, sin darme cuenta, por el margen de la montaña. Así me lo confirma cuando salgo a un claro y veo lo que tengo a mi derecha.
Las vistas van cogiendo altura en calidad, y cada vez voy viendo más distancia desde dónde estoy.
El sendero sigue siendo estrecho pero esta vez la vegetación que me voy encontrando son árboles finos y sin hojas, cosa que hace que entre más luz y vaya viendo más el paisaje.
Casi sin darme cuenta, me topo con el la cima de mi objetivo: la Ermita de Mare de Déu del Far.
En la cima hay dicha ermita y un restaurante.
Las vistas desde allí son impresionantes, desde donde se puede ver Sant Martí de Sacalm (desde dónde he iniciado la ruta), un trozo del Pantano de Susqueda y kilómetros más al fondo.
Fotos y video de rigor y para abajo.
Cojo un trozo de carretera y llego a la Ermita de Santa Anna que está a pie de carretera.
Allí cojo un sendero a la derecha con una pronunciada pendiente y bien marcado con piedras en los márgenes.
Ahora, a mi izquierda, veo entre los árboles los Pirineos nevados.
Dejo el sendero y ya cojo un camino más ancho, el cual me lleva hasta poder ver las pocas edificaciones que hay en Sant Martí de Sacalm, y en pocos minutos ya estoy otra vez en el coche.
Una ruta que, por las vistas, vale mucho la pena. Al principio puede parecer un poco pesada, ya que esos casi 5 km. de principio se pueden hacer un poco pesados, pero luego vale mucho la pena.
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Muy curiosa esa meseta rocosa con la paredes verticales. Un abrazo Rafa.
Hola Antonio,
Desde la primera vez que la vi desde el Rocallarga (un pico de la zona), me impresionó mucho y , cuando estuve a los pies de la meseta, mis sospechas se hicieron realidad: es tan impresionante como se veía desde lejos.
Un abrazo Antonio!!
Que bonitas. Esta ruta tiene muy buena pinta para pasar el día.
Sí, además las vistas que tiene desde arriba son geniales. Requiere un poco de esfuerzo a la subida, pero vale mucho la pena.