Una espinita quitada dentro de mí. ¡¡Por fin voy al Ibon de Anayet y subo al Pico de Anayet!!

Para los que nos gustan las rutas de montaña y la fotografía de paisaje, el poder sacarse una espinita de una salida es realmente emocionante. Y esto es lo que me ha pasado con la ruta de hoy. El poder tener delante al Ibon de Anayet y su pico, es realmente sacarme una espinita.

Además, como venía de hacer el Valle de Otal, que está relativamente cerca, me fue al pelo para visitarlo.

Así que, disfruta conmigo de lo que ví y lo que sentí, porque esta ruta tiene sorpresas.

La ruta consta de unos 15,2 kms. y unos 1.010 m. de desnivel positivos. Te dejo aquí el track.

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DESCRIPCIÓN DE LA RUTA.¡EMPECEMOS A CAMINAR!

Dejo el coche muy pronto en el aparcamiento de Anayet, en la estación de esquí de Formigal, y empiezo la ruta pisando asfalto (casi 2 kms.), ya que he de llegar hasta las instalaciones de la misma estación de esquí.

Cuando llego a ellas, el sendero que me lleva hasta el objetivo de hoy empieza por detrás del último edificio y es ya cuando empiezo a coger un estrecho sendero con pendiente y piedras continuas.

Voy subiendo y subiendo, paralelo a pequeños ríos y siempre en subida. Las montañas de alrededor mío todavía están esperando a que el Sol las caliente.

Me encuentro una formación que bien podría ser que me hubiera trasladado de escenario y el sendero me haya tele transportado a Mordor del Señor de los Anillos.

Voy continuando la subida poco a poco hasta que empiezo a verle la punta al pico…al esperado pico…a ese que llevo tanto tiempo esperando verlo y que taaaantas fotos he visto en las redes con el ibon junto a él.

Al fin llego a la zona donde, tanto ibon como pico, los tengo a los dos juntos ante mí. Es grandioso, con una punta muy pronunciada. Giro la cabeza hacia la derecha, y tengo a otro mítico al que rodee el año pasado: le dí la vuelta al Midi d’Ossau.

Lo único que veo, y no se si es normal, es que el nivel del agua está algo bajo, ya que hay tiendas de campaña acampadas justo donde, en un nivel normal, debería haber agua.

Fotos pertinentes y hacia el pico que voy. Hasta aquí todo mediantemente bien, la subida exigente, fotos chulas, ji ji ja ja… peeeeeeero, es ahora “cuando viene que la matan”. Es ahora cuando, al subir al pico, hay que apretarse el cinturón porque las subida no van a ser lo que se puede decir fáciles.

Sigo otro sendero hacia el mismo pico y , después de unas zonas más o menos fáciles, empieza lo que será el postre de la comilona.

El sendero empieza a tomar una pendiente fuerte, de las que uno tiene que ir despacito y dosificando aire. El sendero va serpenteando y hace algo más cómoda la subida.

Llegado un punto, el paisaje, que hasta ahora era sendero y sendero, se transforma en montañas y montañas: he llegado al Cuello de Anayet.

Aquí giro a la derecha y sigo un sendero plano que durante unos segundos me permite coger aire, para luego transformarse en una mezcla de todo: una zona de piedras, un sendero plano de roca roja, un sendero serpenteante de rocas sueltas, una zona con cadenas en la que hay que ir con mucho cuidado ya que la caída sería muy gorda, otra parte de escalada a dos manos y, por fin, el pico.

Ha valido mucho la pena el apretarse el cinturón abajo, pasar por dónde he pasado, dejar el miedo a un lado, para poder admirar todo lo que desde esos 2.575 m. se ven. ¡¡Una pasada de picos en punta, de formaciones montañosas que cubren todo lo que abarca la vista!!.

Es para quedarse un rato, pero la base del pico no es muy grande, sube mucha gente, así que fotos y video de rigor y para abajo.

Si la subida ha sido “chula y entretenida” la bajada no iba a ser menos. Mucho cuidado porque las subidas así parece que se “transformen” cuando uno las tiene que bajar. Pero con tranquilidad y paciencia, esa bajada se puede bajar bien.

Y al bajar por el mismo sitio, puedo hacer fotos que a la subida no he hecho. Así que, saludando a la gente que sube que me cruzo, haciendo fotos y demás, llego al coche.

CONCLUSIONES DE LA RUTA.

Es una ruta exigente. Esos 1.010 m. de desnivel positivos en otra ruta se pueden tomar de forma diferente respecto esta. Aquí, la dificultad del último tramo es rozando la semi-extrema (cogiendo como base una salida normal de senderismo/alta montaña).

En esta ruta hay que saber de todo, no bloquearse y dejar los miedos a un lado porque sino, si os quedáis en las cadenas, de allí no sube ni baja nadie.

Pero todo lo que tiene de difícil o complicada la subida, lo tienen de bonitas y espectaculares sus vistas. ¡¡Te la recomiendo al 100%!!

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