Ruta exigente, con mucha piedra, mucha pendiente…todo para llegar al Roc del Boc.¿Te atreves?¿Si?. Pues…¡Vente conmigo!

Un pico más de la lista del Repte del 100 Cims de la FEEC, y además está muy cerca del que había subido el día anterior: Cambra d’Ase. Así que, de vacaciones como estoy, pues me acerco a subirlo.

Dejo el coche a las afueras del pequeño pueblo francés de Planès.

La ruta consta de unos 16,3 km. y unos 1.293 m. de desnivel positivos. Te dejo aquí el track.

ESCUCHA LA RUTA EN MI PODCAST “PISANDO TIERRA”. (También en iTunes y Spotify)

DESCRIPCIÓN DE LA RUTA.¡EMPECEMOS A CAMINAR!

Empiezo a caminar muy temprano, con las primeras luces, como es costumbre en mí, y ya puedo hacer las primeras fotos a los artilugios de labrar el campo de trigo que hay en la zona. Sigo una pista ancha dirección al pueblo y rápidamente ya me meto en zona de bosque, por una pista muy perjudicada por la lluvia de la noche anterior donde ha dejado, aún más, las piedras al descubierto.

El sendero empieza a coger pendiente muy pronunciada y me lo cojo con mucha paciencia ya que durante mucho tiempo, intuyo por la altura a la que he de llegar, estaré bastante tiempo así: subiendo.

Llego a un pequeño descampado que me da un poco de respiro y continuo la ruta esta vez, dejando cualquier camino marcado de lado, y girando a la derecha para meterme en un bosque tupido, sin camino, con una pendiente más pronunciada de la que llevaba hasta ahora y con matorrales medio altos.

Durante un buen rato no paro de subir y subir hasta que llego a una zona donde los matorrales desaparecen, la pendiente es ahora más suave y es zona de piedras grandes, abetos más separados y restos de la granizada de ayer.

Desde allí puedo ver el pico que subí ayer: Cambra d’Ase.

Continúo el camino, todo se despeja más, puedo hacer hasta fotos de lo que llevaba hasta ahora a mi espalda y es aquí donde empieza la parte de piedras y carena de rocas en punta.

Al principio me voy haciendo ilusiones de que cada pico alto que veo delante de mí será el objetivo de hoy…pero voy llegando a ellos y me doy cuenta que no, que mi objetivo parece que se mueva y está cada vez más lejos y la dificultad aumenta.

La carena de piedras se hace cada vez más aérea, más estrecha y he de bajar y no pasarla justo por encima para no correr peligro, ya que sopla un fuerte viento a ráfagas y no quiero acabar mal.

Después de muchas subidas y bajadas, pasar por encima de piedras y notar como el viento me azotaba, ya veo la cruz que corona mi cima de hoy.

Llego a la cima y las vistas son geniales. Muchas ya las había visto ayer desde Cambra d’Ase, pero ahora puedo ver algunas más que me dejan fascinado.

Fotos y video de rigor y para abajo…pero…¿por dónde?. Había leído (cuando me bajé el track) que para hacer la ruta circular había que bajar por el Pas del Violoncel rapelando o volver por dónde uno ha venido. Cuando leí esto pensé “pues nada, cuando llegue, si lo veo mal, ya vuelvo por donde he venido y listos”. Esa es la teoría delante del ordenador y en casita….peeero, en este caso, de la práctica a la teoría hay mucho trozo y una vez en el pico, eso de “volver por dónde he venido” iba a ser que no.

Así que decido seguir para adelante y adentrarme en un paso paralelo al Pas del Violoncel y que no le resta mérito bajar por allí, ya que la bajada era muy peligrosa. Allí, una mala colocación del pie y desciendo 200 m. de una atacada sin contarlo. Decido bajar poquito a poquito, con tooooda la calma del mundo, bajando la canal vertical y horizontalmente, hasta llegar al punto donde conecto con el track que llevo.

A partir de ahí la bajada es más suave, mucho menos peligrosa y, a medida que voy bajando, voy viendo en perspectiva lo que he bajado. Desde abajo da miedo, menos mal que no me ha dado cuando bajaba.

A partir de ahora, la bajada será casi plana, con pendiente casi sin notarla por un valle muy bonito que me recuerda al que pasé cuando subí al Medacorba y Comapedrosa o al Tuc de Molieres.

Llego al Estany de Planes, un estanque no muy grande pero con una forma curiosa en el centro.

Luego paso por una zona de árboles que rápidamente me viene a la mente ponerle un nombre: El Bosque de Árboles Muertos.

A mi derecha, tal y como bajo, me encuentro la montaña que he subido esta mañana. Desde aquí se aprecia bien la pendiente tan pronunciada que tiene.

Sigo bajando y bajando hasta que me adentro en una zona de bosque con sendero marcado, vuelvo a coger un trozo de camino que caminé en la subida hasta que llego al coche.

CONCLUSIONES DE LA RUTA.

Decir que ruta es moderada, creo que no sería justo. Decir que es muy difícil, creo que tampoco. La catalogaría como difícil para los que estamos acostumbrados ha hacer media y alta montaña pero no este tipo de grimpada durante tanto tiempo. Y, de bajada, hacer des grimpada.

Es una ruta exigente, eso sí, a la que creo que hay que ir preparad@ para encontrarse con una zona de bosque sin sendero marcado y con pendiente considerable y luego enfrentarse con las carenas de piedras aéreas.

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