Ruta llena de historia en la que tanto estarás en la superficie como en el interior de la tierra. Así es subir hasta el Roc de l’Àliga.
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DESCRIPCIÓN DE LA RUTA. ¡EMPECEMOS A CAMINAR!
El día no pinta de lo mejor que un@ querría: dan lluvia para muy temprano y encima hace algo de frío (sobre unos 3º/4º). Así que me levanto a una hora justa para hacer la ruta y no mojarme y no levantarme muy temprano y congelarme. Dejo la furgo en el gran aparcamiento que hay en un lateral del pueblo.
Salgo del aparcamiento y ya me desvío hacia la izquierda por una pista estrecha.
Durante un buen rato, estoy rodeado de diferentes árboles de la zona: encinas, pinos…y me voy empezando a encontrar cosas muy curiosas como un bunquer a la izquierda.
Continuo por la pista, pasando por zonas boscosas preciosas, vistas geniales…hasta llegar a una construcción con unas antenas al final del camino. Un poco más adelante, ya me encuentro con la bandera encima de la cima.
Antes de llegar a la misma bandera, hay que subir por una zona por la que hay que grimpar un poco.
Al llegar arribar, unas vistas geniales me esperan.
Fotos y video de rigor y para abajo.
Y es aquí, donde viene la sorpresa de la ruta: en la cima, hay un hueco que lleva hasta el interior de esta elevación. Dentro del hueco, hay 3 grapas que forman escalones y por las que puedo bajar hasta el interior del bunquer. Según la historia, este bunquer forma parte de una línea ofensiva de más de 10.000 bunquers que Franco mandó construir durante la post-guerra para defensarse de un posible ataque que nunca se llegó a producir y que, si se hubiera producido, hubiera sido más probable que fuera por aire o mar. Conclusión: que de poco sirvió…
Éste, está separado en tres partes: la parte más elevada por las que los soldados, mediante unas pequeñas oberturas, podían ver al enemigo cómo se acercaba; la escalera que conecta con la parte inferior (por la parte de fuera es el tramo que se ha de subir medio grimpando); y una sala inferior, dónde hay una obertura al exterior que permite acceder desde fuera.
Una vez visitado este lugar histórico, continúo la ruta hacia otro de los picos que tengo en el track: El Cantó de Músser.
Sigo el sendero hacia este pico, el cual es estrecho y de bajada.
Llego hasta una bifurcación por la que pasaré a la vuelta.
Luego, cojo otro camino más ancho, también de bajada. Cuando me quedaba poco para llegar al pico, empiezan a caer gotas, que me obligan, después de la previsión tan mala de hoy, a retroceder y ver el pico desde lejos. Por cierto: hay otro bunquer que puedo ver desde lejos.
Vuelvo a la bifurcación que he pasado en la bajada del primer pico y giro a la derecha, cogiendo otro camino ancho entre encinas.
Durante un buen rato, voy por esta pista con mucha tranquilidad y con gotas, de tanto en tanto, cayendo. Así, hasta llegar a la furgo.
Bonita y corta ruta, llena de buenas panorámicas y de historia. Aconsejable si te pilla cerca del pueblo o de paso.